martes, 18 de agosto de 2009

ROSTROS VISIBLES, LIBERTADES VELADAS

A finales de la década de los setenta ya era evidente la incompatibilidad entre los ideales revolucionarios y el feminismo: los primeros pretendían destruir el pasado de manera gatopardiana , restaurándolo a conveniencia; mientras que las mujeres desafiaban valores y estereotipos tras la búsqueda de la igualdad y de la emancipación[1].

Hoy en día, esa discrepancia originaria (ambición y dominio de un lado; respeto a la diferencia del otro), se ha transformado en un abismo ético cuya profundidad es groseramente evidente en América latina. Resulta francamente inmoral la pasividad y la indiferencia (cuando no la complicidad) de feministas de vieja data que ahora ocupan posiciones de poder en el continente; en Venezuela, por ejemplo, el extravío de esas desmemoriadas, entre las que se cuentan Helena Salcedo, Nora Castañeda o Marelis Pérez Marcano, resulta particularmente irritante: no sólo callan ante situaciones escandalosas que atañen las libertades y los derechos humanos en el país y en el mundo, sino que aplauden con entusiasmo las alianzas con gobiernos corruptos, dictatoriales y teocráticos (Cuba, Zimbabwe, Bielorrusia, Irán). Destinos éstos elegidos por Hugo Chávez para realizar su shopping anual de armas en giras a la que se refiere socarronamente diciendo (domingo 16 de agosto) “todos los años hago esa gira, hacia lo que llaman eje del mal”.

En un momento en el que las izquierdas radicales parecen cruzar alianzas con estrategias que imponen el ocultamiento del rostro femenino en prueba de sumisión, vale la pena recordar otras mujeres, de rostro descubierto, que han permitido transparentar el poder. En unos casos, la visibilidad de estas mujeres ha propiciado el fortalecido las instituciones democráticas (la elección de la juez Sonia Sotomayor es un magnífico ejemplo de ello); en otros, los rostros femeninos han puesto en evidencia el poderío de gobiernos brutales. El juicio de Claude Reiss en Irán rebela nítidamente la naturaleza del fascislamismo[2] y la persecución de Aung San Suu Kyi en Birmania muestra la ferocidad inherente a todo totalitarismo. En fin, entre las mujeres de rostro velado, están aquellas que se preguntan si será religión o misoginia lo que las obliga a vivir de incógnito, a sufrir apaleamientos públicos si un viento travieso muestra un picón de tobillo o a morir de hambre si rechazan los avances sexuales del marido[3].

Quizá ha llegado el momento de armar un movimiento internacional de mujeres que promueva la liberación de los rostros. Aquí van algunos rostros.


[1] El feminismo siempre ha estado más cerca de otras corrientes progresitas, el ecologismo por ejemplo. http://209.85.229.132/search?q=cache:TzoBgO6YaCQJ:www.ecologistasenaccion.org/IMG/pdf/feminismo-politicaoetica.pdf+etica+feminista+versus+izquierda&cd=5&hl=es&ct=clnk&client=safari

[2] Término acuñado por Bernard Henry Levy. Ver http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=969190

[3] A propósito, “Mujeres musulmanas ¿misoginia o religión?” de Georgina Orué en http://ar.geocities.com/obserflictos/mujerislam.html

UN ROSTRO VISIBLE: SONIA SOTOMAYOR

Uno de los aspectos más interesante del debate que suscitó la candidatura de Sonia Sotomayor fue el relativo a su capacidad para respetar y conocer los límites de los que se conoce como la máquina silogística, operación que se pone en movimiento cuando hay conflictos entre la democracia y la revisión jurídica y que exige del juez “decencia”, es decir, respeto por los precedentes, por el texto constitucional y por los principios de la democracia (1). Un magistrado “decente” debe saber cuándo remitirse a los padres fundadores y cuándo ir más allá sentando jurisprudencia y haciendo evolucionar los preceptos. Las explicaciones de la Juez Sotomayor, afirmando que la experiencia personal afecta a los hechos que el juez elige mirar, por lo que la imparcialidad casi siempre es imposible, desataron la polémica y el magistrado David Souter consideró que Sotomayor era una “activista judicial” y, por lo tanto, carecía de la imparcialidad necesaria para ocupar el cargo. Sin embargo, el Brennan Center, cuyo nombre hace honor al juez William J. Brennan, magistrado a quien Sotomayor substituye, logró poner en evidencia que las decisiones tomadas durante su trayectoria como juez no respondían, para nada, a lo que se conoce como “activismo judicial”. Así, pues, sabemos hoy mucho más de las competencias de la Juez Sotomayor que de la trayectoria o méritos de cualquiera de los magistrados que integran el Tribunal Supremo de Justicia Venezolano. Así, pues, información y transparencia es lo que diferencia a la democracia del populismo autoritario del siglo XXI.

(1) ver texto de la Brennan Center. http://brennan.3cdn.net/e6e966695914f5babd_cqm6ipvuy.pdf

lunes, 17 de agosto de 2009

LIBERTADES VELADAS

Aung San Suu Kyi Claude Reiss (Foto:AFP)

Burka-Mujer anónima

lunes, 3 de agosto de 2009

CAZADOR CAZADO (sigue a la RECONQUISTA ESPAÑOLA)

II

OH! Triunfo de las artes! Cual no sería la sorpresa
Gran escultor, al ver tu mármol animarse,
Y con un aire casto y dulce, inclinarse lentamente
Para pedir que le dieras un pase…

Pygmalión (H.Daumier)


Uno se vuelve moral cuando es desgraciado pensaba un personaje de Proust. Ese pudiera ser el caso de los aprendices de brujo que rodean a Hugo Chávez. Aquí, pues, la segunda parte de la historia.

En el 2007 fue derrotado el referéndum convocado por Hugo Chávez para reformar la constitución creada y aprobada, al fragor de una asamblea constituyente, en 1999. Cambiar una constitución ocho años después no debía sorprender a los nuevos conquistadores pues ya hemos visto que promueven, en nuestros países, constituciones transitorias y efímeras. Sin embargo, el que el pueblo dijera NO sí resultó desconcertante e inesperado. Del mismo modo que los agarraría por sorpresa el triunfo de gobernadores y alcaldes de oposición en las elecciones de agosto 2008. No vale la pena apelar a los adversarios del gobierno para comprender lo ocurrido, más útil resulta recurrir a los análisis de los instigadores de todo este proceso.

La Universidad del país Vasco y el Centro de Estudios políticos y Sociales (Fundación CEPS a la que está vinculado Viciano Pastor ) organizaron, en octubre del 2007, un seminario que llamaron Políticas Económicas y Sociales y Desarrollo Humano Local en América Latina: el caso Venezuela. Los resultados de este evento fueron publicados por el Instituto Hegoa en el Cuaderno de Trabajo Nº 44 fechado en marzo 2008. Roberto Viciano Pastor (VP) y Rubén Martínez Dalmau (MD) titularon su artículo “Un análisis sobre la propuesta de reforma constitucional de Venezuela en 2007” Allí exponen las claves del fracaso. (1)

Reconocen que la reforma fue inoportuna ya que la gente lo que esperaba eran soluciones a sus problemas (la inseguridad ciudadana, la inflación, el desempleo, la corrupción y el peligro de fractura definitiva en el pueblo venezolano). Eso del socialismo del siglo XXI –señalan— no se entiende y, por lo demás, no se fabrican socialistas por decreto, ni siquiera por reforma constitucional. En su opinión, se podía seguir avanzando sin la reforma. En cuanto al contenido advierten que buena parte de la reforma traiciona los principios revolucionarios a los que se supone Chávez se debe, por ello en marzo 2008, cuando conocen la derrota electoral y publican el texto, pueden afirmar: “Mas peligroso era el retroceso que se experimentaba en el concepto de democracia participativa, verdadero sustento del proceso… el proyecto aumentaba sistemáticamente todos los porcentajes de firmas necesarios para promover mecanismos de participación… haciéndolos impracticables (arts 72,74 y348).. Mas perniciosa… la constitucionalización de las misiones (art 141 pues).. suponía, en la práctica… la incapacidad del gobierno de llevar adelante una Reforma del Estado…y… se traducía en la consolidación de un mecanismo donde los sistemas de control presupuestario se debilitan, permitiendo… la proliferación de la corrupción.(1)

Con respecto a la transferencia de competencias (art 156 y 164) resultaba inadecuado que la centralización …acabara reforzando la concentración de poderes en manos del Presidente de la República (art 236). No resultaban acertados tampoco los mecanismos de elección y selección de magistrados del Tribunal Supremo de Justicia (art 264), del Consejo Nacional Electoral (art 295), del Fiscal , Contralor y Defensor.. el mecanismo podía dar lugar a una discrecionalidad por parte del Parlamento que no siempre sería positiva. Por último la redacción del 338… modificaba derechos fundamentales (entre ellos el derecho al debido proceso). Concluían señalando un error más grave: Se pudo haber apelado, y no se hizo, al mecanismo adecuado para la realización de los cambios: la Asamblea Constituyente.(1)

Sorprende que, habiendo observando los riesgos de la reforma con mayor agudeza incluso que la oposición, terminen proponiendo ¡otro proceso constituyente! Es verdad que así mantienen la coherencia con la tesis postmoderna de Antonio Negri, autor que reivindican y que clama por la revolución permanente y la democracia inestable pero, nos preguntamos, ¿sabrán que, de vez en cuando, hay que trabajar? ¿Será que la abundancia del primer mundo les ha hecho olvidar algo tan elemental como que no solo de circo y demagogia vive el hombre? ¿Han olvidado que después de 10 años de revolución, o de cincuenta si pensamos en Cuba, todavía la gente pasa hambre?

En fin, la crítica no deja de ser titubeante — de guabineo dirían los venezolanos— pues VP-MD se ocupan de dejar en claro que no están criticando ¡qué va! simplemente quieren mostrar que el proyecto de reforma era mejorable. En cuanto a la oposición, los autores reiteran su aversión hacia una “derecha” manipuladora y mentirosa. Se ocupan también de renovar sus votos revolucionarios aclarando su posición frente a la legitimidad del Estado Español y desde el país vasco afirman: Qué decir de la patética inteligentzia española, que ni se inmutó cuando se hurtó a la ciudadanía la elección de una Asamblea Constituyente que rompiera con el franquismo, y entregó dicha función, de facto, al legislativo ordinario… Parece que las mayorías sólo cuentan cuando coinciden con ellos… (1)

Pero si el destino de VP-MD pudiera ser el de intelectuales en retirada, el de Juan Carlos Monederos (JCM) podría ser más triste. Este señor, quien es responsable de formación del Centro Internacional Miranda y es uno de los organizadores del encuentro Intelectuales, democracia y socialismo: callejones sin salida y caminos por recorrer (o de Apertura), celebrado en Caracas recientemente, podría terminar como esos ministros de Stalin, que desaparecieron “photoshopeados” de las fotografías.

En Junio 2007 JCM recordaba las desviaciones de las revoluciones pasadas de esta forma: Tolerar las vejaciones prepara el uso de la tortura y anuncia las posteriores ejecuciones. Pequeñas corrupciones prefiguran un régimen corrupto. Pequeñas redes clientelares prefiguran un sistema clientelar. Pequeñas ausencias de participación prefiguran un sistema autoritario. Pequeñas arbitrariedades prefiguran un régimen autoritario. Aunque sea con la mejor de las intenciones.(2) De los intelectuales decía (quizá cuidando ya sus espaldas): se mueven mejor señalando los frenos que invitando a la acción… También le advierte al intelectual (o se advierte a sí mismo): que no cometa el error, como en otros momentos de la historia, de vincular su discurso a las necesidades de cualquier poder –o antipoder– y termine vendiendo su primogenitura y su honor por un plato de lentejas o sus argumentos por el miedo a no formar parte de la Corte y sus elegidos. (2)

No contento con esto, en junio 2009, JCM cometió la ingenuidad de declararle a Hugo Prieto en una entrevista en Ultimas Noticias cosas como esta (3): Creo que es necesario recuperar la frescura que tenía el proceso revolucionario y que algunos vemos que se está perdiendo y está siendo sustituida por una burocratización, en la que hay un exceso de monólogo. Más grave la respuesta a la pregunta sobre si la figura del presidente soportaría incólume toda la agitación del proceso: El partido se confunde con el Estado, con la sociedad, con las misiones, con los consejos comunales. ¿No es el cáncer que llevó a la tumba al socialismo del siglo XX? Terminaba la entrevista recordando que Galeano lo había felicitado por el tono crítico del seminario. ¿Creyó JCM que el aval de Galeano lo salvaría? Como se ve, estos nuevos conquistadores no saben nada de las tradiciones latinoamericanas. No saben que nos ha habitado el caudillismo; que los uniformes han estado siempre cobijados tras los trajes de civil; que la tradición civico-militar es eso, cívico-militar y que Chávez es ante todo un soldado. Esa cultura militarista venezolana se les devuelve altanera en esta respuesta que les dio Hugo Chávez: ¿Yo debería bajar mi liderazgo?, ¡Ah, eso es lo que quiere el enemigo!… y agregó: qué es un intelectualhay muchos que se dicen 'chavistas' y en verdad no lo son. 4 Y eso no es nada. Un poco de paciencia y verán lo que les espera.

1.-

http://pdf2.biblioteca.hegoa.efaber.net/ebook/16880/Cuadernos_de_trabajo_44.pdf

2.- http://www.cendes-ucv.edu.ve/pdfs/revista64/cap2.pdf

3.- http://www.aporrea.org/ideologia/n136395.html

4.- http://www.que.es/ultimas-noticias/espana/200906150030-chavez-rechaza-criticas-intelectuales-afectos.html


AL MARGEN DE LA RED:
Vale la pena este film mexicano basado en la novela homónima de Angeles Mastretta y dirigido por Roberto Sneider, el mismo director de Frida. Aunque el film ha provocado en España críticas irregulares (algunos aman solo dos tercios de la película ...?...), el film ofrece una maravillosa recreación de los arquetipos latinoamericanos: caudillos simpáticos, revolucionarios románticos y mujeres que parecen caídas de la mata pero que no son tales . En esencia: banalidad y brutalidad con escaso lenguaje.

sábado, 1 de agosto de 2009

LA RECONSQUISTA ESPAÑOLA: DE CRISTOBAL COLON A LOS PIGMALIONES DE HUGO CHAVEZ


«Pigmalión se dirigió a la estatua y, al tocarla, le pareció que estaba caliente, que el marfil se ablandaba y que, deponiendo su dureza, cedía a los dedos suavemente, como la cera del monte Himeto se ablanda a los rayos del sol y se deja manejar con los dedos, tomando varias figuras y haciéndose más dócil y blanda con el manejo. Al verlo, Pigmalión se llena de un gran gozo mezclado de temor, creyendo que se engañaba. Volvió a tocar la estatua otra vez, y se cercioró de que era un cuerpo flexible y que las venas daban sus pulsaciones al explorarlas con los dedos.»

Roberto Viciano Pastor (VP), Rubén Martínez Dalmau (MD) y Juan Carlos Monederos (JCM) deberían preguntarse si en lugar del pedestal —bien merecido— donde los han colocado los bolivarianos en premio a sus asesorías, pudieran terminar enterrando su prestigio en el desván de la historia al verse sorprendidos, como el pigmalión de Daumier, ante la audacia y el desenfado de su “creatura”.

A Venezuela (y después a Bolivia y Ecuador) llegaron con los mismos bríos de sus antepasados, eso sí, sin la Biblia y el crucifijo. Vinieron esta vez con rimbombantes títulos universitarios, petrodólares y maletas llenas de sus propios y viejos rencores: las luchas autonómicas y el antifranquismo. ¿Qué buscaban estos aprendices prometeicos? Intentaremos aclararlo con sus propias palabras y en dos momentos. El primero (I) nos permitirá identificar los aspectos más relevantes de las ideas que han aportado para esta nueva colonización; en el segundo (II) constataremos las distancias que, pasado el tiempo, comienzan a tomar en previsión de virajes inesperados o indeseados.

(I)

LA NUEVA COLONIZACION

En primer lugar, llegaron al nuevo continente para revivir los sueños de revolución trayendo consigo un constitucionalismo que, inocentemente, llaman “constitucionalismo sin padres”. Esta tarea le ha correspondido, especialmente, a Viciano Pastor y a Martínez Dalmau quienes sostienen que, a diferencia del viejo constitucionalismo, que aprobaba constituciones mediante “una concertación de elites, realizada por medio de sus representantes, donde los acuerdos se fundamentaban en unos intereses comunes”1, el nuevo constitucionalismo es primigenio, desordenado, tumultuoso y sin progenitor identificado. En cierta forma, son constituciones nacidas de una orgía social en la que el pueblo, entidad abstracta y en plena efervescencia, engendra.

Debemos imaginar que los profesores consideraron este procedimiento más ajustado a los temperamentos tropicales y, podrían tener razón, ¿quién dice que no es eso lo que le conviene a un continente en el que la paternidad es irresponsable? ¡Vaya a ver usted a quien le reclama mañana por la resaca de día siguiente que acarrearán estas constituciones! Pero eso no será problema de asesores que viven en el primer mundo mientras experimentan con el tercero. ¡Tienen lo mejor de ambos mundos!

En segundo lugar, consideran VP-MD que las viejas constituciones estaban destinadas a perdurar y ello, sorprendentemente, no es una cualidad sino un defecto. Según los asesores, para permanecer en el tiempo esas viejas constituciones debían contener: “los más amplios consensos, y en aras de conseguirlo, evitar los detalles”. 1 Es extraña esta critica.

Veamos el asunto de los consensos

Es curioso que expertos como VP-RD consideren nefastos los amplios consensos. ¿No es acaso eso lo que persiguen las democracias? Sin embargo sus razones tienen: “El encumbramiento exultante del consenso permite que una minoría social dominante condicione las decisiones de la mayoría, que se ve obligada a atemperar sus aspiraciones para conseguir los acuerdos, pues las clases más conservadoras nunca conciertan una constitución que realmente transforme la estructura económica del país en detrimento de los más potentados. Por tanto, los puntos de acuerdo necesariamente acaban siendo pocos… la apuesta no es pues inocente…”.1

De acuerdo con la argumentación de VP-MD pareciera que el consenso no es tal pues lo que se encumbra de manera exultante no es otra cosa que decisiones de una minoría impuestas sobre la mayoría… ¿porqué entonces llamarlo consenso? En realidad tienen razón y, de hecho, lo que describen se llama, más bien, hegemonía. Hasta aquí estamos de acuerdo. Ahora bien, si aceptamos que no es posible llamar consenso a lo que no es otra cosa que hegemonía, entonces también debemos asumir las consecuencias éticas que ello acarrea: si cuestionamos las viejas constituciones porque ese supuesto “consenso” es, en realidad, poder impuesto por una minoría sobre la mayoría, entonces también debemos cuestionar el “consenso” de las nuevas constituciones que imponen las decisiones de una mayoría sobre unas minorías. Poco importa el procedimiento: sea mediante elecciones o por asambleas constituyentes, será hegemónico todo régimen cuyas decisiones se impongan sobre otros. Los entusiastas asesores deberían coincidir con nosotros en esto; de lo contrario, se podría llegar al absurdo de imaginar, por ejemplo, una asamblea constituyente en la cual la mayoría de asambleístas, fervorosos caníbales (igual si son vegetarianos), decidieran comerse a los demás! Puede uno recordarles, si acaso estos asesores revolucionarios lo han olvidado, que la lucha contra la hegemonía, sea ésta ejercida por mayorías o por minorías, ha sido uno de los argumentos esgrimidos en las reivindicaciones de género, de sexo, de autonomía, de justicia y de democracia.

Las consecuencias morales de sus propios criterios no parecen tener importancia para estos ilustres profesores. Pero así de acomodaticia, como de católicos hipócritas, puede ser la ética de estos nuevos revolucionarios. Volveremos en la segunda parte sobre esto.

Consideremos el tema de los detalles.

En este tema se ha destacado, particularmente MD quien considera que toda constitución es ella y su circunstancia. ¿Pensar en una teoría moral o en una filosofía ético-política? ¡Qué va! el nuevo constitucionalismo latinoamericano es creador de constituciones originales y transitorias que, sorprendentemente, son a la vez rígidas y flexibles. Esta complejidad analítica que nos ofrece MD, complejidad sólo comparable (y que me perdone el gran chef) con las creaciones de Ferrán Adriá, quien es capaz de inventar un helado caliente, queda en evidencia en esta cita: “El constitucionalismo de transición implica la existencia de constituciones rígidas y flexibles al mismo tiempo; rígidas, entendido no en el sentido clásico procedimental, sino porque no pueden modificarse sin el consentimiento directo del pueblo, y no (sólo) por medio de sus representantes; flexibles, porque podrán ser modificadas cada vez que el pueblo así lo decida, incluso de forma directa y sin la aprobación del poder constituido como requisito” De allí, pues, lo transitorio: el pueblo podrá ser veleta pero, eso sí, cada vez que cambie de opinión tendrá la razón.

En cuanto a los detalles, MD nos da luces en un artículo de la Revista Tendencia: “La constitución de Bolivia incorpora un altogrado de prescripción valorativa y de principio. Es característicamente principista, y traduce el esfuerzo determinante de sintetizar los valores propios de su realidad plurinacional, mayoritariamente indígena… el artículo 8 enriquece el conjunto de principios partiendo de una voluntad integradora nunca vista hasta el momento: ”. 2 Debemos entender que una constitución mientras más precisa mejor. Así pues, resulta moralmente superior, según MD, que Bolivia haya creado una constitución “indigenista”. ¿Pensar en una constitución para los Bolivianos? ¡Qué va! Muy impreciso. Es cierto que el término “Boliviano” supone muchas confusiones; de hecho, es un paraguas que protegería por igual a indígenas, criollos, mestizos, nacionalizados de todos los colores y creencias… y esto no parece gustarle a este prometeo ibérico.

Hay que admitirlo: los países latinoamericanos merecen la suerte que tienen ¿qué duda cabe?. El que sus elites hayan permanecido insensibles ante las injusticias ha sido inaceptable además de estúpido y, sin duda, el despertar de los excluidos era, afortunadamente, inevitable. Sin embargo, nada obligaba a que esos países se organizaran bajo el reino del resentimiento o, peor aún, que lo hicieran en nombre de deudas importadas, como pudiera ser el caso. Esta idea de que recomponer América latina destruyendo las posibilidades de su unidad al reforzar exclusivamente las identidades y las diferencias resulta criminal, particularmente en países mestizos como Venezuela. Entonces puede uno preguntarse si esta nueva colonización no aporta consigo las huellas de una tragedia ajena, la de los españoles. Tal vez esos asesores llegaron para hacer realidad sus propias frustraciones, esas que no han podido realizar en España, país que tal vez quisieran descoyuntar en trozos vascos, catalanes, valencianos o gallegos.

Más dramático parece ser el destino ético-político al que estos ilustres pensadores han condenado al continente. El valor que le atribuyen al carácter efímero y transitorio de esas constituciones postmodernas, arrastra consigo las reminiscencias de épocas inestables y oscuras en la historia de la humanidad. ¿Qué creen estos profesores que significa cambiar los fundamentos de la vida colectiva con actos electorales repetidos? ¿No es acaso condenar la política a vivir al capricho de la opinión pública? ¿No han tenido suficiente con los fenómenos del fascismo y del nazismo que contundentemente han demostrado que las mayorías y el pueblo no siempre tiene la razón? Lo peor es que con ello se despoja a la política de sus fundamentos ético-filosóficos para hacerla vivir al ritmo de la propaganda y de las encuestas. Peor aún, todo ese tinglado de ideas recubiertas de un dorado ideológico, paraíso ante el cual los pueblos soñadores de América latina sucumben, no es otra cosa que el abandono definitivo de los valores de una política decente y responsable. Aquella que se construye ciertamente con la gente, pero no bajo la efervescencia de una orgía constituyente sino bajo la protección de un debate sesudo y concienzudo, llevado adelante por una sociedad de individuos responsables, donde se midan, con la mayor lucidez posible, las aspiraciones y las posibilidades de instaurar valores útiles para todos. No valores de mayorías o de minorías, sino valores capaces de fundamentar un orden social donde todos y cada uno encuentren su lugar y desarrollen sus potencialidades.

En el próximo veremos las distancias que toman los nuevos conquistadores. Veremos también que los mejores argumentos contra la reforma propuesta por el presidente Chávez en 2007 los ofrecieron sus propios asesores.

NOTAS

1.- http://209.85.229.132/search?q=cache:z9hdXPMxK2MJ:www.scielo.org.ve/pdf/rvecs/v14n2/art07.pdf+Necesidad+y+oportunidad+en+el+proyecto+venezolano+de+reforma+constitucional+(2007)%3C&cd=1&hl=es&ct=clnk&client=safari

2.- http://209.85.229.132/search?q=cache:UUu3yr6_6hYJ:martinezdalmau.googlepages.com/AlterJustitia1.doc+NUEVO+CONSTITUcionalismo+latinoamericano&cd=10&hl=es&ct=clnk&client=safari