Hay eventos políticos que invitan a la reflexión:
Laurent Gbagbo en Costa de Marfil ha perdido las elecciones y no ha entregado el poder. Las presiones internacionales han intervenido sin resultado y Alexander Lukashenko (Bielorusia) va por el mismo camino al realizar elecciones fraudulentas y luego meter presos a los candidatos presidenciales y más de 600 manifestantes. Estos señores están demostrando que pueden ser dictadores y la comunidad internacional impone sanciones y no pasa nada (¿a alguien se le ocurre pensar que el embargo a Cuba produjo algún efecto?). Por ese camino no se va a ninguna parte.
Pero vale la pena preguntarse qué es realmente un dictador.
Dictador no es el que quiere sino el que puede y para poder se necesita el respaldo de las armas. Por eso, puede decirse que Pérez Jiménez quiso pero no pudo pues los comacates lo sacaron del poder en poco tiempo. Hay otros, sin embargo, que quisieron y pudieron: JV Gómez es uno de ellos y murió tranquilamente en su cama. Franco, Stalin, Duvalier ídem, Castro va por el mismo camino. Antonio de Oliveira Salazar abandonó el poder después de casi 50 años por enfermedad (o vejez diríamos). A Chapita tuvieron que asesinarlo en una emboscada pues estaba previsto que descansara en paz, cuando le llegara su hora, en su domicilio principal. Amin Dada salió del poder a causa de una invasión desde Tanzania y a Ceausesco lo arrastró la caída del muro de Berlín, es decir, el derrumbe de un mundo y una época que finalizaba (evento de envergadura mayor).
Hitler, Musolini y Milosevick no corrieron con la misma suerte por haber inventado una guerra.
La lección es evidente: dictador es quien puede y si puede muere en su cama. Si se le ocurre hacer una guerra… probablemente no correrá con suerte.
No es un panorama alentador para finalizar el año ¿cierto?.
No es un panorama alentador para finalizar el año ¿cierto?.