martes, 13 de octubre de 2009

COMPLEJIDAD Y POLITICA DE CIUDADANOS



Varios son los temas que cobran actualidad con el Nóbel de Economía para Ellinor Ostrom (foto de la izquierda). Uno de ellos es relativo al éxito del comportamiento cooperativo frente a los bienes públicos. Esta perspectiva, ampliamente debatida por la teoría de la decisión y la teoría de juegos, tiene un clásico exponente en el libro de Robert Axelrod , Evolución de la Cooperación (1984). Los experimentos que Axelrod desarrolló a partir del dilema del prisionero dieron por resultados el éxito de la estrategia cooperativa ( tic-for-tac), estrategia que, en la vida social, consiste en responder como responde el otro: si él coopera, yo coopero; si él traiciona, yo traiciono. Cuando se sigue esta estrategia, los jugadores finalmente comprenden que ambos deben cooperar. El tema sigue suscitando reflexiones. En Venezuela, la Dra. Julia Barragán (foto de la derecha) ha desarrollado una importante propuesta en relación con las soluciones normativas al dilema y al papel corrosivo que juegan los gorrones (free riders) en la vida social. Sus trabajos sobre la realizabilidad de los sistemas normativos ofrecen una interesantísima perspectiva para comprender la dinámica de la cooperación .
En cuanto a Ellinor Ostrom, la posibilidad de organizarse para obtener beneficios mutuos está asociada básicamente a la interdependencia entre los participantes pues esa interdependencia opera como una restricción a la traición. Sin embargo, las propuestas de Ostrom prometen abrir puertas a la complejidad en la ciencia política.
En un artículo titulado: Policy Análisis in he Future of Good Societies Ostrom señala que en este nuevo siglo, el concepto de análisis político tendrá que ser ampliado sustancialmente. En el nuevo contexto, los gobiernos nacionales mantendrán su relevancia, pero mayor atención habrá que dedicarle a los gobiernos locales y regionales. Así mismo, serán fundamentales los análisis políticos que hagan los propios ciudadanos organizados de manera diversa frente a multitud de asuntos. Se dirá, sostiene Ostrom, que los ciudadanos hacen estos análisis cuando piden acciones de los funcionarios o cuando los eligen. ¿Para qué entonces perder tiempo enseñándolos a analizar? A estas interrogantes, expresadas en muchos textos políticos Ostrom responde con otra pregunta ¿cómo podrían los ciudadanos saber si las decisiones de los funcionarios son inteligentes, si ellos mismos no tienen el criterio ni pueden acceder a las dimensiones costo-beneficio de las diversas políticas? Un ciudadano sin suficientes habilidades para el análisis político deja de ser sujeto para convertirse fácilmente en objeto de regímenes autoritarios. De allí que la capacidad de análisis esté asociada a la posibilidad de ejercer control social sobre el poder.
Estas premisas le permiten a Ostrom edificar una teoría compleja (inspirada en Robert Ellickson) sobre la racionalidad. Teoría que requerirá de un campo transdisciplinario en el que la psicología, la antropología, la economía y la ciencia política tendrán mucho que decir. Ostrom resume la complejidad de esta forma: In other words, a general theory of social control requires subtheories of human nature, of market transactions, of social interactions, of organizations, and of governments. For starters a theorist thus needs a command of psychology, economics, sociology, organization theory, and political science.
Este parecer ser, pues, un buen camino para transitar la ruta de las políticas transversales y Cohn-Bendit las intuye.

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