martes, 22 de septiembre de 2009

EL VALOR DE LA CONFIANZA

La Neblina del Ayer, novela del cubano Leonardo Padura, pone de nuevo en la calle a Mario Conde, ese investigador perdido en el mar de la felicidad, que debe investigar misterios en un país donde se supone que no hay crímenes, ni hambre, ni desigualdades. Si no lo cree, pregúntele a Pánfilo, el pobre borrachín que debe pasar 3 años en la cárcel por haber dicho "tengo hambre"en un video aficionado que pasaron por youtube.
En fin, la novela de Padura vale la pena. Está muy bien escrita y se lee de un tirón. Curiosamente, la Habana que nos muestra Mario Conde, con sus barrios bajos, sus jineteras, sus traficantes y mafiosos, devuelve la revolución al punto de partida de hace 50 años: la misma corrupción que en la época Batistera pero con una novedad: además de la ganga del turismo sexual barato, hay hambre en bruto, mucha frustración y sobre todo mucho miedo.
Sí, la vida de los personajes transcurre huyendo del miedo. Miedo a ser descubierto o delatado pues en la Isla de Cuba, ese parque temático de la revolución, rige el orden de la desconfianza: el que tienes al lado es potencialmente tu enemigo y, si te descuidas, te acusará de traidor o gusano o escuálido o cucaracha. Por eso se miran de reojo, se observan con disimulo y se desgastan evitando ser descubiertos por negociar una langosta o venderle a un turista un libro viejo.
¡Es sorprendente lo caro que resulta organizar una sociedad sobre la base de la desconfianza: hay que vigilar a todos y luego vigilar al que vigila y así sucesivamente!
Esto es, exactamente, lo contrario de la democracia cuyo gran valor radica en la capacidad para generar confianza en los demás y en las instituciones.

1 comentario:

MARIA SOL PEREZ SCHAEL dijo...

me han dicho que no se pueden enviar mensajes y estoy probando. Prueba, Prueba